Cómo Comenzar a Utilizar este Recurso
Materiales necesarios
- Computadora portátil o acceso a una computadora para cada participante
- Cuaderno con espiral, papel y lapicero para llevar un diario, uno por cada participante
- Impresora o acceso a una impresora en el lugar
- Copias del caso práctico de Micah y la Sra. Mitchell para cada participante (optativo)
Preparación del consultor
- Antes de utilizar este instrumento con padres y proveedores de cuidado, le solicitamos que visite la guardería o el hogar y observe las interacciones entre el personal y los niños o entre los padres y sus hijos durante momentos de socialización o en otras ocasiones, como las visitas al hogar.
- Intercambie sus observaciones con padres y cuidadores, cuando sea necesario, a medida que avance en el instrumento. “Señora Johnson, noté que usted y Latecia se reían y sonreían cuando bailaban al compás de la música.”
- Familiarícese con los conceptos y el vocabulario sobre temperamento/bondad de ajuste para ayudar a los cuidadores a entender mejor las preguntas del IT3 y las recomendaciones que se generan automáticamente. Practique varias veces cómo completar este instrumento.
- Deje tiempo suficiente en la sesión o visita al hogar para que los participantes completen el IT3, reflexionen y diseñen un plan para apoyar el temperamento del niño. El proceso de completar el instrumento y conversar sobre estrategias concretas con padres o cuidadores sobre la “bondad de ajuste” debería tomar aproximadamente entre 30 y 45 minutos por niño.
Cómo facilitar el uso del instrumento en un grupo o durante una visita al hogar:
A. Actividad introductoria
Antes de comenzar el IT3, pídale al cuidador que piense en un niño en particular y que le diga cuál es el estilo que tiene ese niño para reaccionar. Usted podrá ayudar a generar ideas por medio de las siguientes preguntas: ¿Qué edad tiene el niño? ¿Con quién le gusta estar? ¿Qué tipo de experiencia le gusta más? ¿Cuáles son las primeras palabras que le vienen a la mente cuando piensa en ese niño?, etc. Tendrá que tomar nota mientras el cuidador está hablando. Más adelante, usted podrá usar sus comentarios para ayudarlos a responder a las preguntas de la evaluación o como referencia cuando intercambie opiniones sobre estrategias concretas de “bondad de ajuste”.
B. Preparar a los participantes
- Converse con los cuidadores sobre la definición de temperamento y examine brevemente las nueve dimensiones del temperamento basándose en el Cuadro sobre temperamentos.
- Examine el concepto de “bondad de ajuste” con los cuidadores y cómo se relaciona con el apoyo al desarrollo social y emocional del niño. Esta información se encuentra en la sección de Introducción al temperamento.
- Explíqueles a los padres y cuidadores que este instrumento determinará los rasgos más “probables” del temperamento del niño, que pueden ser circunstanciales, o responder a algo que el niño está experimentando en ese momento. Por ejemplo, un niño nuevo en el centro puede tener una tendencia a retraerse porque está sintiendo miedo al abandono o temor a los extraños. Una vez que el niño se sienta más adaptado, puede reanudar su tendencia más natural de acercamiento a su entorno.
- Explíqueles el proceso del uso de este instrumento por medio del estudio de un caso práctico.
C. Completar la evaluación
- Pídale al participante que lea las instrucciones al comienzo del instrumento de temperamento para el bebé y el niño pequeño. Pregúntele si tiene alguna pregunta.
- Ayude a los padres y a los cuidadores a medida que hablan sobre las respuestas a las preguntas de la evaluación, haciendo referencia a las definiciones de los rasgos y los indicadores señalados del Cuadro 1.
- Una vez que los padres o cuidadores hayan completado las preguntas de la evaluación para un niño, pídales que respondan a las preguntas para ellos. Recuérdeles que deben contestarlas basándose en los comportamientos reales y no en la manera como preferirían comportarse. Reflexione con los participantes sobre el hecho de que no hay rasgos temperamentales “malos” o “buenos”. Todos nacemos con personalidades distintas que nos hacen quienes somos. Compartir sus observaciones sobre su relación con los niños en ese lugar o en el entorno del hogar puede ayudarlos a responder adecuadamente las preguntas de la evaluación.
D. Examinar los resultados/Incorporar recomendaciones
Después de completar ambas partes de la evaluación (adulto y niño), aparecerán una serie de resultados y recomendaciones generadas automáticamente que ayudarán a contribuir a la “bondad de ajuste”.
Lea cada uno de los resultados y recomendaciones con los padres y cuidadores. Pídales que den ejemplos sobre cómo integrar las recomendaciones que ofrece este instrumento y agregue esa información a la sección de reflexiones del material impreso. Por ejemplo, si un cuidador tiende a distraerse mientras trabaja con un niño menos susceptible a distraerse, dado que existe una diferencia, una recomendación sería “seguir la iniciativa que tome el niño para jugar”. Esto se podría hacer durante el rato que los niños juegan independientemente en el centro. Cada diferencia entre temperamentos generará varias recomendaciones. Usted podrá trabajar con el adulto para elegir una o dos de las recomendaciones más adecuadas, basándose en lo que sabe del niño, o bien ¡Juntos pueden generar nuevas ideas! Ayude a los padres o cuidadores a desarrollar ideas prácticas sobre cómo integrar esta estrategia por medio de las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de actividad prefiere el niño? (por ejemplo, música, arte, jugar al aire libre, etc.) ¿A qué hora ocurre por lo general este tipo de actividad? ¿Cuál sería el efecto de extender la duración de este tipo de actividad? ¿Cómo podría usted mantener mayor concentración y participación durante esa actividad?
Cuando existe alguna similitud entre el temperamento del niño y el del padre o cuidador, reflexionen juntos sobre el tipo de estrategia que parece funcionar mejor para que lograr la “bondad de ajuste”. Confirme con ellos cuán exactos son los resultados (Basándose en la interacción diaria con el niño, ¿parecen ajustarse a la realidad?) y converse sobre las estrategias que deben continuar y mejorar.
Pídales a los participantes que agreguen algunas ideas concretas para apoyar al niño en la sección sobre reflexiones/planificación del resumen generado automáticamente.
E. Intercambio de reflexiones y pensamientos finales a tener en cuenta
Comparta alguno de los siguientes consejos/reflexiones con los cuidadores y anímelos a que los tengan en cuenta cuando trabajen con adultos para manejar mejor los temas relacionados con temperamento y para promover la “bondad de ajuste”. Podría comenzar una conversación preguntando qué otros consejos útiles podrían tener los participantes para utilizar esta información.
- El secreto del éxito
Cuando se trabaja con bebés y niños pequeños es importante recordar que el bebé y el niño pequeño, así como los adultos son individuos únicos. Lo que es bueno para un bebé puede cambiar diariamente y aún cambiar dentro del mismo día y puede no servir para otro bebé. La flexibilidad y la creatividad son fundamentales. Ustedes podrían verse como cocineros que siguen una receta. De la misma forma que un cocinero creativo, flexible y entendido reconoce que hay principios e ingredientes fundamentales que pueden afectar el resultado de un plato, también existen ingredientes y principios fundamentales que lo ayudarán a manejar la situación cuando el niño tenga una personalidad diferente a la suya, aún cuando no exista una única “receta” para manejar las diferencias de temperamento.
- Evite hacer comparaciones o calificar al niño
Puede ser tentador comparar a un niño con usted o con otros (¿Porqué no eres un poco más como esta o aquella persona?). Sin embargo, trate de evitar estos pensamientos y, por supuesto, trate de no hacer ese tipo de comentarios a los niños. Evite hacer afirmaciones como “me gustaría que fueras más extrovertido”, o bien “ojalá no fueras tan sensible”, porque no ayudan al niño y además hacen que el niño se sienta incapaz. Es mejor usar palabras que enuncien lo que usted ve y oye en lugar de calificar al niño como “tímido”. Estos calificativos tienden a permanecer.
- Afloje el ritmo de vida y haga su horario más flexible
Muchos de nosotros estamos ocupados realizando muchas tareas al mismo tiempo y corriendo de una actividad a otra. El niño, aún aquel con temperamento activo, no ha podido perfeccionar esa actividad y requiere un poco más de tiempo que el adulto para pasar de una actividad a otra. Evite tener un horario que no sea lo suficientemente flexible como para incorporar las necesidades de los niños y los intereses que vayan apareciendo. Deje espacio en el día para pasar tiempo libre con el niño.
- Póngase en el lugar de un niño
Piense lo vulnerable que uno se siente cuando se es niño. Dependemos de los demás para alimentarnos, para descansar en la noche, para recibir cariño y tranquilidad. Tenemos poco control sobre mucho de lo que sucede en la vida. Ver la vida desde el punto de vista del niño no es fácil pero una vez que se aprende, puede ayudar a ver con más claridad lo que funciona mejor con un niño.
- Recuerde los aspectos positivos
Es muy fácil concentrarse en las dificultades y desafíos del temperamento del niño, especialmente cuando no coincide con el suyo. Sin embargo, por cada inconveniente hay al menos una gran ventaja. Por ejemplo, es menos probable que un niño de adaptación lenta se deje influir por la presión de sus compañeros; los niños muy activos son generalmente buenos en los deportes y como adultos pueden triunfar en trabajos que exigen esfuerzo, mientras que los niños serios tienden a ser analíticos y poseen buena capacidad de evaluación. Busque y reconozca los talentos y cualidades que posee cada niño.
- Intente apoyar, no cambiar
El objetivo es comprender mejor el temperamento del niño, y luego apoyarlo más efectivamente, pero no cambiarlo. Los temperamentos hacen que cada niño sea único y admirable a su manera.
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